"Escribir es encontrarse con uno mismo, es una forma de organizar las ideas, los proyectos, el camino...". Esta frase da un adelanto de lo que vas a leer a continuación y que para nosotras recoge la idea del texto.
Está demostrado que expresar las emociones y sentimientos ayuda a que los gestionemos, pero en ocasiones no podemos hacerlo de forma verbal ya que no tenemos ninguna persona cercana o de confianza, así que lo que podemos hacer es expresarlas de forma escrita. De ahí surge la escritura expresiva que consiste en plasmar en una hoja todo lo que se nos pase por la cabeza, sin juzgarlo. No importan faltas de ortografía, simplemente es dejar fluir y liberarte de ese malestar que tienes dentro.
Antonio Bea nos habla de esto en el siguiente post. Una interesante reflexión acerca de lo que significa para él escribir y nos motiva para que lo probemos. Aquí teneis una breve presentación del él y a continuación su artículo.
Él es fotógrafo publicitario y editorial, diseñador gráfico. Fundador, editor y director de la revista "NewsConexion" dirigida al sector empresarial, de coaching, entrevistas, viajes y reflexiones políticas.
También se formó en arte dramático, en la escuela “El Kandil”. Es guionista, realizador cinematográfico. Cortometraje: “Jujo. La cita”. Actualmente en proceso de producción del mediometraje: “Oleaje”. Director de escena de la obra de teatro “Sigue la tormenta”, de Enzo Cormann.
Tiene otras formaciones en Eneagrama del conocimiento. Movimiento expresivo, ”Río abierto” con Graciela Figueroa. Diario de Integración de Iria Prokop. Escucha activa, y comunicación. Biografía y procesos de vida.
Escribir nos hace crecer
Cada noche me acomodo en un lugar de la casa donde me siento especialmente tranquilo. Un espacio, en mi caso, con música suave. Es un lugar donde me entrego, donde me dejo llevar por impulsos, sin tener en cuenta al juez interno que pretende convencerme, de que no estoy preparado. Me entrego a lo que salga, a lo que en ese momento llegue. Registrar sin filtros, sin automatismos. Fluir sería la mejor palabra. La voz que emana del interior es diferente a la que usamos para comunicarnos de forma oral, es una voz que nos aporta otra manera de relacionarnos con nosotros mismos. Es una voz que una vez identificada ejerce magnetismo. Es verdad que requiere cierta práctica, y es verdad que la hoja impone respeto, y que en muchas, muchísimas ocasiones, nos paraliza, pero es en ese preciso instante que “podemos decidir” continuar. Ejercitarnos en anular las expectativas de lo que tenemos que contar, y la forma de hacerlo, sin pretender parecernos a F. Scott Fitzgerald. Esa voz requiere que le des confianza, al igual que a un nuevo amigo, que al principio no sabes muy bien el terreno donde pisas, ni de cómo se tomará tus costumbres y necesidades. Hay que fluir con la hoja en blanco, con el bolígrafo, la tinta, y con esa voz. Olvida la necesidad de tener que quedar bien, olvida las faltas de ortografía, olvida las construcciones de las frases, simplemente escribe… escribe sin más. Obedeciendo a esa consigna zen que pronostica; cuando comes, comes. Cuando duermes, duermes, y siguiendo el argumento: cuando escribes, escribes. Porque escribir tiene poco que ver con pensar lo que vas a escribir. Escribir no es pensar, ni siquiera pensar en lo que vas a escribir. Escribir es escribir. Es verdad, como dije antes, que se necesita cierta preparación, o práctica, pero si estas dispuesto a escuchar esa voz, y registrarla, lo conseguirás.
Escribir es encontrarse con uno mismo, Es una forma de organizar las ideas, los proyectos, el camino. Es una decisión que nos empodera, es algo que solo puedes hacer tú. Es una decisión que puede cambiar tu día, tu actitud ante la vida, ante los proyectos, ante las personas. Es un termómetro que nos permite saber y tomar conciencia de nuestros actos, y lo más importante, es una forma de abrir nuevos caminos mentales, y nuevas salidas y resolución de conflictos. Es tomar distancia con el mundo, es rectificar el sentido de los problemas, y potenciar las virtudes.
Mirar por la ventana y observar el ritmo de lo que se mueve, los sonidos, el perrillo que juega, la señora cargada con las bolsas de la compra, las muchachas mirando escaparates, todo ello forma parte de nuestra historia y, la que nos contamos a nosotros mismos. Todo nos coloca en un punto del universo, desde donde observamos y percibimos nuestra realidad. Un único y mágico punto desde el cual solamente nosotros somos capaces de contar lo que vemos. Por eso tu mirada es tan genuina, y exclusiva.
Anímate.
